Banderas de nuestros padres



























Una imagen como ésta debería ser la portada del New York Times o del Washington Post. El Capitán América ha muerto. Uno de los estandartes de los valores estadounidenses, nacido en la época de la Guerra Fría, incansable héroe por la libertad y el estilo de vida "americano", muere en una escalinata, como si fueran las de Odessa en la película de Eisenstein. Pero lo relevante no es el final del personaje, que puede ser una estrategia de la editoria Marvel para elevar el número de ejemplares vendidos del cómic del héroe, o allanar el camino de una versión cinematográfica. Lo relevante de esta noticia es el desmoronamiento de unos ideales, el final de unas ideas que defendía la libertad de los oprimidos y el establecimienro de la justicia a través del Dios omnipresente de "América", nuevamente en el sentido más perverso y maniqueo de la palabra. Con el Capitán América, se da por finalizada una era en la que los ciudadanos estadounidenses consideraban que eran poseedores del derecho moral para imponer su opinión en el resto del mundo, por ser los más fuertes, lo más listos y los más rápidos. Por ser los mejores. Por ser dioses. Por ser el Capitán América. Descanse en paz.

 

1 Comment:

  1. Anónimo said...
    A ver cuanto tardan en resucitarlo...

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