Éxodo

En Navidades de hace un par de años, me hicieron una encuesta telefónica para un estudio que estaba realizando la Universidad del País Vasco sobre la situación laboral actual de los licenciados y diplomados en dicha institución. Sé por otras personas que la encuesta se prolongó por, al menos, un año, siendo la misma fuente la que me ha hecho llegar la noticia de la publicación del estudio.

Mi trayectoria desde la salida de la Universidad de Sarriko es una más de las que se detallan en el artículo. Casi finalizada la carrera, cursé un Máster en Madrid mientras sacaba la asignatura que me restaba, y seguidamente hice otro de especialización en la institución en la que desempeño ahora mi trabajo. Un camino comenzó hace ya seis años.

Obviamente este post no tiene motivación alguna de contar mi historia, corta y aburrida. En realidad, lo anterior descrito es la justificación o la expresión del derecho a rebatir el resultado del estudio realizado por la UPV.

De acuerdo a lo expresado en el artículo, "los universitarios no se van por dinero. Les interesa más su carrera profesional que la nómina [...]la razón de su salida es la «no percepción de un trabajo interesante». «Aprender, adquirir experiencia y las perspectivas de un futuro profesional», son las razones que animan a la mayoría a aceptar un contrato en una empresa de fuera de la comunidad. El 35% de los licenciados en Deusto y casi un 30% de los de la UPV ni siquiera intentó colocarse en alguna empresa de Vizcaya al finalizar sus estudios."

Me encanta ese dicho popular que dice "Nada es ni verdad ni mentira, todo depende del color del cristal con que se mire ". En realidad se refiere a que las posiciones no deben ser extremas ya que la realidad suele estar a mitad de camino. Pero no puedo evitar sorprenderme con el cristal que han elegido mirarse los autores del estudio, ese ligeramente levantado que nos hace vernos algo más delgados, en vez de aquel que nos devuelve nuestra simple imagen. La diáspora de los jóvenes vascos ha venido motivada por la asuencia de oportunidades laborales. En algunos casos interesantes, en otros pura y simplemente, oportunidades. La economía vasca, en un grado de excelencia perpetuo, de acuerdo a lo que podemos leer en los medios locales periódicamente, no pudo dar respuesta en su momento a las necesidades de los recién incorporados al mercado laboral. En mi caso, no volví tras finalizar el máster, tal y como dice el artículo, por mi carrera profesional. Pero, en definitiva, la motivación ulterior son los ingresos económicos, el hecho de que alcance una escalafón con un sueldo lo suficentemente elevado como para vivir de manera desahogada. Una necesidad que no puede, o no podía en su momento al menos, responder el mercado laboral vasco.

Tengo multitud de ejemplos de éxodos motivados por la ausencia de trabajos, independientemente de la cuantía de la nómina. Y bastante más de desempleados o empleados en ámbitos ajenos a los de su formación. No somos ingratos, como al menos parece tratar de hacernos parecer el estudio. Es instinto de supervivencia.

 

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