¿Último o un nuevo capítulo más de la curiosa historia? ¿Os acordáis de la historia de un joven que apareció en las costas de del condado inglés de Kent, a principios de abril de este mismo año? Para el que desconozca la historia o simplemente no la recuerde, la historia era la siguiente. El 8 de abril unos agentes de policía encontraron a un joven entre 20 y 30 años, vestido con traje negro y camisa blanca, completamente empapado como si hubiera salido del mar. Internado en un hospital, y ante el silencio que guardaba el desconocido, quizás debida una pérdida del habla, le dieron papel y bolígrafo para que el joven pudiera escribir su nombre. Para asombro de los médicos, el desconocido dibujó una bandera sueca y un piano. Pero mayor fue cuando, en la capilla del hospital, el joven toó durante horas el instrumento ilustrado, siendo ésta, junto con movimientos de asentimiento con la cabeza, las vías de comunicación que emplea. Lo más curioso es que la historia coincidía con el estreno de la película La última primavera, protagonizada por Judi Dench, Maggie Smith y Daniel Brühl, sólo que en este caso el joven tocaba el violín.

Además de lo extraño de la historia, otro detalle más traía de cabeza a las autoridades: las ropas vestidas por el extraño tenían las etiquetas cortadas deliberadamente y las marcas de sus zapatos horadadas, al igual que suelen hacer los solicitantes de asilo o inmigrantes irregulares, en un intento de evitar su repatriación, ocultando cualquier rastro de su origen.

La historia mantuvo su intriga a lo largo de varios meses, con miles de personas que se han puesto en contacto con las autoridades asegurando que conocían al "hombre del piano", pero ninguna de ellas se había materializado hasta ahora. El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán anunciado que el famoso desconocido se encuentra ya en su Baviera natal, sin añadir detalle alguno más, salvo su edad, 20 años.

Pero las dudas acerca de esta extraña historia las ha provocado un reportaje del diario sensacionalista británico Daily Mirror. Según dicho medio, una de las enfermeras de la institución sanitaria en la que se encontraba internado el joven, asegura que es un farsante. De acuerdo con las declaraciones de la mujer, se trata de un joven alemán, homosexual, hijo de un agricultor que vivía en París hasta que perdió su empleo, que había llegado al Reino Unido en el Eurostar (el tren de alta velocidad que une las capitales francesa e inglesa), que no tiene ni idea de música y que había tratado de suicidarse. Al parecer, es cierto que el desconocido dibujara un piano en el papel pero cuando posó las manos sobre el teclado de la capilla, se dedicó únicamente a pulsar de forma repetitiva una tecla del instrumento.

Así que ahora surge la duda. ¿Es el joven un farsante o tan sólo se trata de una estrategia de la editorial para vender más ejemplares? Parece más factible lo segundo, dado que varios han sido los medios que han asegurado que el joven era un virtuoso del piano, que pasaba horas tocando el piano con un amplio repertorio que iba desde El lago de los cisnes hasta canciones los Beatles. Pero también es cierto que las fuentes provenientes de la institución y las declaraciones de las mismas no fueran ciertas. De todas formas hay algo que se puede asegurar independientemente de que lado caiga la verdad: la realidad siempre supera a la ficción.