Tres frentes abiertos, tres sueños en el fin de semana, tres deseos para el domingo, y ninguna satisfecho. Es lógico. Es lo que le sucede a un gafe. Comenzaba el domingo con el Baskonia visitando el campo del Lagun Aro Bilbao. Máximos honores para ambos conjuntos, jugando en el BEC rediseñado para tan especial acontecimientos. 12.000 espectadores. Mientras que la lógica decía que el Baskonia debía ganar, cuando los sentimientos se cruzan en el camino, la razón pierde sentido y todo se vuelve del revés. Resultado: derrota calamitosa del Baskonia.

A la misma hora, la sección de baloncesto del Madrid debía ganar al DKV Joventut (6 partidos consecutivos invicto) para poder acceder a la invitación dispuesta por la ACB para el equipo madrileño anfitrión que alcanzara mejor posición en la liga regular, siempre y cuando quedara fuera de los ocho primeros. Dominio absoluto de la Penya, casi sonrojante para una intitución de los galones del Madrid, que se veía incluso fuera de la Copa. Resultado: la Penya pierde inexplicablemente el partido, con una serie de malas acciones de Bennet, y el Madrid gana gracias a un inspiradísimo y resolutivo Bullock. la lógica sigue sin aparecer.

Tras la finalización de ambos encuentros, y con el sabor más que agrio en la boca, comienza el derby vasco por antonomasia en la capital guipuzcoana. El derby de las necesidades, Real Sociedad y Athletic en Anoeta. Primera parte de color txuriurdin, con una delantera imparable y el Athletic encajonado. En el descanso, mano de pintura blanca y el rojo se vuelve a llevar de nuevo. Lahistoria se repite y el Athletic empata. Saca de medio campo. Skoubo se la lleva con la mano y mete un golazo de media volea. Vuelve a salir el sol. El Athletic ataca incesantemente, el chaparrón comienza a hacer peligrar el embalse donostiarra hasta que alguien decide abrir las compuertas para evitar las inundaciones. Iraola marca en el 93'. 3-3. Las historia se repite.

Mierda de domingo. El próximo me quedo la cama.