Réquiem por un sueño
jueves, 26 de enero de 2006
Está claro. Todo lo bueno se acaba. Será por eso que mi aita se ha dado de baja del "plus". No sabría decir cuanto tiempo hemos disfrutado de ese aparatito, 10, 15 años... No lo sé pero muchos y a la vez escasos. Cualquier persona que me conozca , sabe de mi absoluta devoción por este canal. No sólo por el cine o el deporte, que claramente, son mejores que los existentes en el resto de los canales, si no que todo la labor se realiza de una manera muy cuidada, haciendo televisión de calidad, dirigida hacia y con el único fin de satisfacer al televidente. Muchos dirán que, en definitiva, es por lo que pagas. Les recuerdo a aquellos que también lo hacen por TVE, la más ruinosa y en la media de la calidad de las ondas herzianas.
Canal + y sus socios o derivados han planteado un nuevo estilo de televisión, en el que prima la calidad y es el público el que determina lo que desea realmente ver y lo que no, en vez de ser la cadena, a través de un bombardeo sustemástico el que condiciona los gustos del público. Que la gente es lo suficientemente inteligente para saber lo que quiere? Claro, y las 5.000.000 personas que ven Los Serrano habitualmente lo hacen por su originalidad, versatilidad y calidad.
Canal + ha marcado un antes y un después en la televisión de este país. La llegada de las televisiones privadas, situó al canal de pago en un ámbito de exclusividad y de elitismo. Sólo la gente que tenía poder adquisitivo podía contratar su servicios. Hoy en día, cualquier persona de cualquier estrato social tiene una parabólica en su casa.
La revolución de su parrilla, el grado de calidad de sus contenidos han elevado el listón para el resto de las cadenas. Mientras España se reía con la chavacanería de Benito y Cía, Canal + apostó por los seis amigos que se juntaban diariamente en el Central Perk. Si TVE maltrataba a Doctor en Alaska o Urgencias, por no hablar de El ala oeste de la Casa Blanca, para programar Ana y los siete, Mira quién baila o el más reciente esperpento Abuela de verano, en Canal + se ha disfrutado de Los Soprano, Sexo en Nueva York, El caso de la escalera o Frasier. Apostó por los monologuistas, las entrevistas entretenidas de Lo + plus (mal ejemplo por su inexplicable degeneración autodestructiva), la mejor manera de ver el deporte (los amantes del baloncesto añoramos sus retransmisiones) e incluso documentales apetecibles no sólo para comentar en las encuestas.
Canal + dio un paso al frente a favor de los espectadores, defendiendo sus derechos a pesar de que por ello nos cobrara. Ha sido en nuestro caso nuestro abogado, fiel, leal, y a la búsqueda simpre de un recoveco legal en el que poder emitir un poco de Scrubbs, Joan de Arcadia o quizás ver una película antes de que se estrene en el cine.
Está claro. Da pena cuando un amigo se va.
Etiquetas: TV
Menos mal que las ponen en Cuatro, que sino...