En la puta calle
martes, 6 de febrero de 2007
Ahí es donde veremos la Copa este año. Tras tres años consecutivos acudiendo a uno de los máximos eventos de cada temporada baloncestística, este febrero no podremos cumplir con la nueva tradición asimilada. Y eso que por primera vez teníamos el viaje al completo ya preparado y apalabrado, con la salvedad del elemento más importante: los abonos.
Hasta este año el paquete de entradas para asistir a la Copa, no habían resultado difíciles de obtener, a lo sumo, habían originado la incomodidad de los días de rebajas, algún codazo aislado y ligera tensión y angustia ante el temor de quedarte sin el objeto deseado. Málaga '07 ha sido muy distinto. La edición que está a punto de comenzar ha marcado un hito, y rezamos porque igualmente, haya significado un antes y un después.
Muchas veces cuando hablamos más de los estamentos superiores, de las directivas que rigen organismos de distinta índole observamos con ojos críticos su labor, haciendo hincapié en aquel error aislado y ligero descuido que comentan. Estamos al acecho a la espera del menor de los tropiezos para convertirlos en hecatombes. Si los organismos son públicos, afilamos todavía más nuestros dientes para descargar nuestra ira carnívora sobre ellos. La Asociación de Clubes de Baloncesto y el Ayuntamiento de Málaga han preferido escupirnos a la cara para que a nadie se le pudiera escapar que las cosas se pueden hacer con las mayores de las negligencias si haces gala del mayor desinterés.
Los hechos de lo acaecido hablan por sí mismos. Son los suficientemente ilustrativos como para que los vergonzante del asunto no se vea viciado por mi subjetividad. A la hora de proceder a la venta de los abonos disponibles tras los oportunos repartos a clubes, Corporaciones Locales y Autonómicas, patrocinadores, colaboradores, anunciantes y restantes colectivos adjuntos a la organización del evento, el Ayuntamiento de Málaga, dado que al parecer, y de acuerdo a las explicaciones brindadas por ACB, la organización de la Copa se cede por completo a la ciudad donde se celebra, concentró la venta de abonos disponibles a través de la página Web del Pabellón de deportes de Málaga José María Martín Carpena. A diferencia de otros años, en los que El Corte Inglés, a través de su red de centros, incluso de página Web, o el servicio virtual de venta de entradas para diversos espectáculos, www.ticktackticket.com, fueron los medios empleado para poner a disposición de los seguidores del deporte de la canasta las localidades para el evento de cuatro días, el Ayuntamiento de Málaga consideró suficiente emplear para la venta una página Web similar a este blog. Imaginen que me pusiera a vender las entradas del concierto de los Rolling Stones en Madrid a través de este blog (bueno, no pasaría nada porque como seguro que lo suspenderían...)
Pues exactamente lo que imaginan sucedió. 50.000 visitas intentando entrar en una página de Word colgada de mala manera (lo siento, al final la ira me ha vencido, y la ira lleva a la subjetividad, y la subjetividad probablemente me lleva a la descalificación y finalmente al insulto) no provocaron si no el colapso de la misma y la desesperación de los que no paraban de pulsar el F5 o el botón de actualización del Explorer o Modzilla, con su correspondiente calambre en el índice. Tras dos horas y media, y a la misma hora de la madrugada ya que el comienzo de venta de abonos fue a la medianoche del jueves 25 al viernes 26 de enero, ACB colgó en su página un aviso de que suspendía la venta de abonos por problemas en la página Web solicitada.
Al día siguiente, 26 de enero, la Asociación de Clubes de Baloncesto, sustituyó el anuncio por un comunicado en el que mostraba su decepción y queja por los problemas surgidos y exigía a la organización la resolución del problema, así como garantías de que los lamentables sucesos no volvieran a acaecer. Es más, ACB se comprometía a anunciar con suficiente preaviso la nueva fecha de inicio de venta de localidades (por el mismo medio), una vez que la organización, es decir, el Ayuntamiento de Málaga, la Consejería de Deportes (entiendo) y el organismo rector del Palacio de Deportes dieran garantías y comprobaran que no volvería a producirse un colapso.
Hagamos un pequeño alto en el camino en este punto y pequeño ejercicio de imaginación. Si el evento fuera de otro tipo, como la Copa del deporte rey o la reunión con público del G-5, y si el impacto mediático de este deporte no tendiera a cero, para nuestra desgracia, las exigencias de ACB serían de tal calibre y tendrían un impacto tal, que es probable que los abonos acabaran esculpido en mármol y entregados en mano a casa uno de los agraciados. Pero dado que estamos hablando de un deporte en horas bajas y que de por medio está un Ayuntamiento que conoce que el evento sólo va atener repercusión el fin de semana y apenas eco, la historia sólo se puede resolver mal.
¿Conocen esa frase que dice que la realidad supera a la ficción? Pues en el mundo del baloncesto tiene mucha verdad. ACB colgó en su página web un nuevo aviso. Lunes 29 a las 12 del mediodía se abría de nuevo el plazo para la compra de abonos. A las 11 y 55 minutos del mismo día la página ya estaba colapsada. Tras tres horas con los mismos resultados que de madrugada salvo las ojeras y bostezos, la organización decidió sustituir su pantomima de servicio de venta por una imagen jpg de la página de inicio sobre la que había pegado un cartel en el que dada la saturación se invitaba a emplear la vía telefónica para adquirir los abonos. Es decir, cerraron la página web dado que las supuestas mediadas tomadas en el fin de semana no resultaron, y canalizaron toda la demanda a través de una línea telefónica. Es más, la ACB incluido en su página un comunicado en el que exponía que se había abierto un teléfono por los problemas en la página web. La página Web dejó de funcionar, obviamente la línea telefónica fue insuficiente y para las diez de la noche del mismo día, ACB comunicó que la totalidad de localidades disponibles se habían vendido.
Las preguntas que surgen son muchas.
Para la ACB
- ¿Qué garantías pidió que fueron insuficientes, como constata el resultado? ¿Acaso sólo fue una regañina a un hijo consentido y la exigencia de la promesa de que se portaría bien?
- ¿Cómo es que pudo considerarlas suficientes? O pecaron de inocentes y crédulos o simplemente trataron de lavar su imagen, ya bastante marchita.
- Teniendo en cuenta la dureza de su comunicado y las garantías solicitadas ¿cómo puede tener la poca vergüenza de reconocer los problemas con el servicio cuando anuncia el teléfono, denominándolo como “vía alternativa” cuando la página no funcionaba ya y por tanto, era medio único en realidad? Si exiges garantía y te comprometes a no anunciar la nueva fecha hasta comprobar que todo se va a desarrollar con normalidad, ante un nuevo desastre, la responsabilidad es también tuya. Permitir que el desenlace sea el sonrojante que tuvimos que sufrir supone un nuevo hito en la desidia de ACB hacia sus seguidores.
- ¿Acaso no considera que merecen una disculpa aquellos que han malgastado horas en tratar de adquirir localidades a través del sistema de embudo organizado? ¿Tan poco le importan?
- ¿Cómo puede dejar en mano de los organizadores locales del evento un tema que habitualmente genera tanta controversia? Todos los años se producen suspicacias sobre la distribución de los abonos, lo que debería llevar a la organización a cuidar ese aspecto, siempre y cuando desee garantizar la ecuanimidad en el reparto de localidad y cuidar su imagen, algo que parece que le produce el mismo desinterés que los seguidores.
Para el Ayuntamiento de Málaga
- ¿Cómo puede decir uno de los jefes de la Consejería oportuna, cuyo nombre no recuerdo, que un sistema no admite 50.000 visitas? Mi blog no lo admite. La página oficial de Windows probablemente sí, y no digamos ya servicaixa, entradas.com, ticktackticket, etc. Defenderse con mentiras o ignorancia es la mayor virtud de los políticos.
- ¿Tan poco le importa a un estamento público aquellos que son sus jefes y sus clientes a la vez? Y no digamos ya la imagen de su compañía. En la empresa privada eso es motivo de despido, ya se por incapacidad o por negligencia.
- ¿Quién eligió ese sistema de venta de localidades? Tuvo que ser alguien no capacitado para ello, o sin la información necesaria para tomar esa decisión, por omisión o por desinterés. Cualquiera de las respuestas deja en bastante mala situación al Ayuntamiento de Málaga.
- ¿No consideran necesario ofrecer disculpas públicas por el desastre protagonizado? Lo que lleva a pensar una vez en el desinterés por el evento y, por tanto, por los seguidores, tanto propios como ajenos.
El año que viene la Copa se celebra en casa.
Etiquetas: Deporte
Si no llegamos a ir los catalanes aún no hubiesen acabado las obras de la expo.
xD
(Cuando tenga más tiempo contesto más en serio...)