28 días después
miércoles, 7 de enero de 2009
Momento de cerrar el año y determinar el ranking final. De cine obviamente, porque lo que es de libros, poquito. Este mes he conseguido terminar un libro, Bambi Contra Godzilla, de David Mamet, guionista, dramaturgo y director, sobre los entresijos del mundo del cine, que sinceramente me ha decepcionado. De todas maneras, el balance de terminados-iniciados ha vuelto a inclinarse por los segundos, con, tres nuevos ejemplares empezados (ninguno de ellos de la estantería interfecta) que añadir a las dos que esperan en la mesilla de noche. Creo que más que acelerar mi actividad lectora, mi estrategia se va a basar en torpedear el ritmo de mi contrincante.
Trafic: junto a Playtime, la única película que me restaba por ver del maestro Tati. Superlativo cómico francés, descendiente de Chaplin y Keaton, esta obra es menos redonda que otras, aunque en ningún momento permite borrar la sonrisa de la cara. Probablemente sea la cordialidad de Monsieur Hulot. Un seis.
Once in a lifetime: documental sobre uno de los principales clubes de fútbol de EEUU, el Cosmos de Nueva York. Sin la categoría del Real Madrid, el Liverpool, el Barça, el Manchester, los autores del filme son capaces de situarlo a años luz. Atractivo, dinámico, filmado con un planteamiento de spot, con el claro objetivo de, a sabiendas de ser la historia de un ser menor, enganchar al espectador. Y en mi caso lo consiguió. Un siete por su buen hacer.
The boxer: una cuenta pendiente por fin saldada. Una cruda, visceral visión de Irlanda de Norte a través de un personaje apolítico, intermedio pero mucho más comprometido con su tierra que cualquiera de las dos facciones. Una historia impresionante aunque no puedo evitar tener la sensación de que me han robado algo de la misma, de que hay una parte no narrada, oculta, casi censurada. Tremendo Day-Lewis y genial Emily Watson. Otro siete.
Apostando al límite: le doy un dos porque las películas de robos, juegos, apuestas y ludopatía en general me producen una elevada fascinación. Esos dos puntos es el mínimo por la temática. El resto de la película no suma ni un punto más.
Casa de juegos: otra deuda saldada, aunque en este caso han sido las dificultades para conseguir esta película los que han demorado su visión. Dirigida y escrita por uno de mis ídolos, David Mamet (jugador de póquer, gran conocedor de timos y faroles, potencial ladrón, farsante y estafador), se trata de una nueva historia de apariencias, juegos, timos, robos y sobre lo que parece pero es en realidad. Muy interesante a pesar de la actriz principal. Repetimos con el siete.
Código 46: Michael Winterbottom es uno de los directores más prolíficos de los últimos años. Ha tocado toda serie de géneros, desde el erótico al documental, pasado incluso, como en este caso, por la ciencia-ficción. Eso sí, eso no quiere decir que todo lo haga bien, como es en este caso. Historia breve, un cuento prácticamente que, en noventa minutos, incluso se hace algo extensa. Simplona si rascas las superficie, con ínfulas de algo más. Un cuatro.
Escondido en Brujas: similar a la anterior, es menos de los que trata de hacer ver. No obstante, entretenida, con un buen Colin Farrell y un genial Brendan Glesson (como siempre) y en ocasiones sorprendente. Un seis.
Hermanos por pelotas: Cero.
El buen pastor: menuda decepción. Esperaba el origen de la CIA, una buena historia de espías, una de esas tramas complicadas, con giros sorprendentes y numerosos, una peonza política, y me he encontrado con un pequeño culebrón envuelto con pasaportes falsos, dobles identidades y pistolas con silenciador. Y, por cierto, la actuación de Matt Damon a la altura del David de Miguel Ángel. Un cinco.
Superfumados: desconozco la manía de emplear títulos manidos o de una sonoridad similar a descerebradas comedias adolescentes. Pineapple Express, título original, es en realidad una comedia de acción, visceral, un tributo a Perros de paja, con aroma opiácea, transversalmente opuesta a los analfabetos protagonistas de Colega, ¿dónde está mi coche?. De todas maneras, la película no funciona, y la endemoniada costumbre de solapar líneas de dialogo y diseñar personajes los más asociales posibles, desdibuja las buenas intenciones de la nueva creación de la factoría Apatow. Un dos.
Los cronocrímenes: la película del mes, la que más ansiaba ver. Para analizar esta película hay que resaltar que se trata de un homenaje a la serie B, por lo que los diálogos o las actuaciones de los actores no son un factor exactamente de peso (probablemente por ello Karra Elejalde haya sido elegido y Vigalondo se haya reservado el otro papel principal). Lo relevante son las imágenes y en este caso son extraordinarias, subyugantes. Pero la gran baza de la película, a diferencia de la serie B, es la historia. Mientras en las anteriores eran una mera excusa de imágenes violentas y/o eróticas, en este caso se trata del fundamento, el origen y el destino de la película. El peligro de estropear la película a los próximos que la vean me hacen resumir mi análisis de la siguiente manera: si no te crees, si no aceptas la premisa, no te gustará la película. Eso es lo que me ha pasado, aunque sigo esperando que alguien me de una explicación que me satisfaga. Un cero, que podría ser un siete.
Y el ranking final del año queda la siguiente manera:
10º - Casa de juegos (7)
9º - En el valle de Elah (7)
8º - La boda de Tuya (7)
7º - Una historia de Brooklyn (7)
6º - Antes de que el diablo sepa que has muerto (8)
5º - United 93 (8)
4º - Las tortugas también vuelan (8)
3º - Zodiac (8)
2º - Sympathy for Mr. Vengeance (8)
1º - La jauría humana (9)
He decidido mantener esta costumbre mensual, dado que hay gente que incluso lo lee (no sé ya si le presta mucha atención) y me sirve como recordatorio. Así que hasta principios de febrero.
Trafic: junto a Playtime, la única película que me restaba por ver del maestro Tati. Superlativo cómico francés, descendiente de Chaplin y Keaton, esta obra es menos redonda que otras, aunque en ningún momento permite borrar la sonrisa de la cara. Probablemente sea la cordialidad de Monsieur Hulot. Un seis.
Once in a lifetime: documental sobre uno de los principales clubes de fútbol de EEUU, el Cosmos de Nueva York. Sin la categoría del Real Madrid, el Liverpool, el Barça, el Manchester, los autores del filme son capaces de situarlo a años luz. Atractivo, dinámico, filmado con un planteamiento de spot, con el claro objetivo de, a sabiendas de ser la historia de un ser menor, enganchar al espectador. Y en mi caso lo consiguió. Un siete por su buen hacer.
The boxer: una cuenta pendiente por fin saldada. Una cruda, visceral visión de Irlanda de Norte a través de un personaje apolítico, intermedio pero mucho más comprometido con su tierra que cualquiera de las dos facciones. Una historia impresionante aunque no puedo evitar tener la sensación de que me han robado algo de la misma, de que hay una parte no narrada, oculta, casi censurada. Tremendo Day-Lewis y genial Emily Watson. Otro siete.
Apostando al límite: le doy un dos porque las películas de robos, juegos, apuestas y ludopatía en general me producen una elevada fascinación. Esos dos puntos es el mínimo por la temática. El resto de la película no suma ni un punto más.
Casa de juegos: otra deuda saldada, aunque en este caso han sido las dificultades para conseguir esta película los que han demorado su visión. Dirigida y escrita por uno de mis ídolos, David Mamet (jugador de póquer, gran conocedor de timos y faroles, potencial ladrón, farsante y estafador), se trata de una nueva historia de apariencias, juegos, timos, robos y sobre lo que parece pero es en realidad. Muy interesante a pesar de la actriz principal. Repetimos con el siete.
Código 46: Michael Winterbottom es uno de los directores más prolíficos de los últimos años. Ha tocado toda serie de géneros, desde el erótico al documental, pasado incluso, como en este caso, por la ciencia-ficción. Eso sí, eso no quiere decir que todo lo haga bien, como es en este caso. Historia breve, un cuento prácticamente que, en noventa minutos, incluso se hace algo extensa. Simplona si rascas las superficie, con ínfulas de algo más. Un cuatro.
Escondido en Brujas: similar a la anterior, es menos de los que trata de hacer ver. No obstante, entretenida, con un buen Colin Farrell y un genial Brendan Glesson (como siempre) y en ocasiones sorprendente. Un seis.
Hermanos por pelotas: Cero.
El buen pastor: menuda decepción. Esperaba el origen de la CIA, una buena historia de espías, una de esas tramas complicadas, con giros sorprendentes y numerosos, una peonza política, y me he encontrado con un pequeño culebrón envuelto con pasaportes falsos, dobles identidades y pistolas con silenciador. Y, por cierto, la actuación de Matt Damon a la altura del David de Miguel Ángel. Un cinco.
Superfumados: desconozco la manía de emplear títulos manidos o de una sonoridad similar a descerebradas comedias adolescentes. Pineapple Express, título original, es en realidad una comedia de acción, visceral, un tributo a Perros de paja, con aroma opiácea, transversalmente opuesta a los analfabetos protagonistas de Colega, ¿dónde está mi coche?. De todas maneras, la película no funciona, y la endemoniada costumbre de solapar líneas de dialogo y diseñar personajes los más asociales posibles, desdibuja las buenas intenciones de la nueva creación de la factoría Apatow. Un dos.
Los cronocrímenes: la película del mes, la que más ansiaba ver. Para analizar esta película hay que resaltar que se trata de un homenaje a la serie B, por lo que los diálogos o las actuaciones de los actores no son un factor exactamente de peso (probablemente por ello Karra Elejalde haya sido elegido y Vigalondo se haya reservado el otro papel principal). Lo relevante son las imágenes y en este caso son extraordinarias, subyugantes. Pero la gran baza de la película, a diferencia de la serie B, es la historia. Mientras en las anteriores eran una mera excusa de imágenes violentas y/o eróticas, en este caso se trata del fundamento, el origen y el destino de la película. El peligro de estropear la película a los próximos que la vean me hacen resumir mi análisis de la siguiente manera: si no te crees, si no aceptas la premisa, no te gustará la película. Eso es lo que me ha pasado, aunque sigo esperando que alguien me de una explicación que me satisfaga. Un cero, que podría ser un siete.
Y el ranking final del año queda la siguiente manera:
10º - Casa de juegos (7)
9º - En el valle de Elah (7)
8º - La boda de Tuya (7)
7º - Una historia de Brooklyn (7)
6º - Antes de que el diablo sepa que has muerto (8)
5º - United 93 (8)
4º - Las tortugas también vuelan (8)
3º - Zodiac (8)
2º - Sympathy for Mr. Vengeance (8)
1º - La jauría humana (9)
He decidido mantener esta costumbre mensual, dado que hay gente que incluso lo lee (no sé ya si le presta mucha atención) y me sirve como recordatorio. Así que hasta principios de febrero.
Etiquetas: Cultura
2 Comments:
-
- Anónimo said...
6:02 p. m.Podrías poner una clasificación anual (es decir en el 2009, volver a empezar de cero) y por debajo una general...- Citizen Betagarri said...
1:29 p. m.No sé si lo dices en serio o en coña. En 2009, se renovará el ranking pero tampoco me parece mala idea mantener un top histórico.
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