Sopecha

Los productos de inversión, esencialmente los de renta fija, en el momento de su emisión, suelen tener asociado un nivel de riesgo, graduado en función de una escala de varios niveles y subniveles. Se denomina rating o calificación crediticia y varia la nomenclatura empleada en función de la compañía que lo agine u otorgue, que es la que realiza el análisis para estimar el riesgo asociado. En general, el nivel de menor riesgo se denomina AAA, siendo lo siguientes de menor a mayor riesgo asociado, AA, A, BBB, BB, B, CCC, CC, C, DDD, cada uno de los cuales tiene a su vez tres subniveles, determinados por signos matemáticos (+, - o ausencia del mismo) o numéricos (1,2 o 3). Se considera que, a partir de BBB, es una inversión de riesgo elevado, calificado como High Yield (que en realidad significa "alta rentabilidad").

España, desde 2004, ha alcanzado la máxima calificación crediticia, AAA, en las agencias de clasificación crediticia de referencia. Mantiene un nivel idéntico a las principales economías mundiales como Alemania, EEUU o Francia. Hace una semana, Standard & Poor's (S&P), una de las principales agencias crediticias, junto a Moody's y Fitch-IBCA, indicó que la calificación asignada a España se encontraba en proceso de revisión con perspectiva negativa. Esta mañana acaba de anunciar el descenso efectivo, el denominado downgrade, a AA+. Los argumentos manejados se resumen en que las circunstancias actuales de los mercados financieros han revelado debilidades estructurales en la economía española que no son consistentes con una calificación crediticia.

¿Qué implicaciones tiene una medida como ésta? La asignación de un mayor riesgo a un emisor de deuda, a un prestatario en definitiva, genera que deba remunerar en mayor medida a su prestamista. Si, según organismo independiente, el riesgo de que impague es mayor, entonces el prestamista exigirá una mayor rentabilidad por facilitar los fondos requeridos. Es decir, el coste de financiación se elevará para España, todo ello en un contexto financiero, de reducida circulación de liquidez y aversión al riesgo por parte de los excedentarios de fondos.

Lo curioso del asunto es que esta misma entidad es una de que las que valoraron con la mayor calificación creditica paquetes de préstamos que se colocaron en los mercados financieros y que después han resultado ser operaciones de riesgo elevado (las famosas hipotecas subprime). Así, ¿qué dignidad moral o respecto intelectual se le debe atribuir a estas entidades que han sido unas de las generadoras de la crisis financiera actual ante su incapacidad para determinar el riesgo de real de las inversiones en mercado? ¿Debe de tener relevancia su reciente medida o desconfiamos y desdeñamos su denostado criterio?

Eso sí, algunos estarán contentos. Ibarretxe, por ejemplo, podrá sacar pecho en estas elecciones, dado que Euskadi, al igual que Navarra, mantiene su calificación de AAA.

Como nota, según S&P, países (denominados soberanos) AAA son Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Liechtenstein, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Suiza, Suecia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda y Singapur.

 

2 Comments:

  1. Anónimo said...
    Uolaaaaaaaaaa, por aquello de saludar a los amigotes vascos de visita por Madrid....

    Un abrazo!

    Titi
    Anónimo said...
    Y que decia S&P una semana antes de que quebrase Lehman y Bearn Sterns y AIG y....y....

    Menudos majaderos y ladrones que estan hechos, son de los mayores responsables de la crisis y no se llevan ni un palo, los bancos siguen pagando por sus informes y las emisiones tienen que estar garantizadas por ellos, aunque ya han dado pruebas de que no tienen el conocimiento para saber si son buenas o malas !!!!

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