Antes y después
viernes, 2 de abril de 2010
No llevo la cuenta. Desconozco el número exacto. Pero lo que sé con certeza es que la diferencia de partidos de Euroliga en directo emitidos al Real Madrid de baloncesto por el canal del ente público Teledeporte frente a otros equipos nacionales es abrumadora . Y no por ello me quejo, dado que es cierto que la cadena autonómica Telemadrid este año no ha tenido los derechos de emisión de esos encuentros, a diferencia de las correspondientes a otros participantes como Baskonia (ETB) y Barça y Joventut (TV3).
Lo que me molesta absolutamente es la ignominia a la que condena al resto de participantes, y al deporte de la canasta en general, con las emisiones en diferido de los restantes encuentros, y más si lo comparamos con otros deportes. Actualmente se está disputando el torneo ATP de Miami de tenis, al que el ente público le dedica a través del mencionado canal, ocho horas diarias (al menos mientras haya partidos como para ocupar dicha duración), cuatro en directo y otras tantas en diferido. Durante los cuartos de final de la Euroliga recién finalizados, Teledeporte ofrecía el clásico en su versión baloncestística en riguroso directo (sin entrar en la calidad de su retransmisiones, aunque los comentarios de sus narradores acerca de la alta calidad de los realizadores son más que discutibles, incluso ofensivos para el espectador), y el partido del otro representante nacional lo ofrecía en diferido dieciséis o dieciocho horas después de su celebración. Por medio, siempre había algún relevante partido de tenis entre un moscovita y un macedonio que ofrecer.
Existen opciones que por su relevancia -un partido de la selección española de cualquier deporte, un representante o icono nacional como Nadal o internacional como Federer, Usain Bolt o Tiger Woods- deban ser priorizados respecto a un partido en diferido de una representante del país. Pero un programa de entretenimiento de skate extremo, o de una liga de fútbol extranjera o la redifusión de un partido de fútbol ya emitido por el segundo canal no están entre esas opciones.
Lo que me molesta absolutamente es la ignominia a la que condena al resto de participantes, y al deporte de la canasta en general, con las emisiones en diferido de los restantes encuentros, y más si lo comparamos con otros deportes. Actualmente se está disputando el torneo ATP de Miami de tenis, al que el ente público le dedica a través del mencionado canal, ocho horas diarias (al menos mientras haya partidos como para ocupar dicha duración), cuatro en directo y otras tantas en diferido. Durante los cuartos de final de la Euroliga recién finalizados, Teledeporte ofrecía el clásico en su versión baloncestística en riguroso directo (sin entrar en la calidad de su retransmisiones, aunque los comentarios de sus narradores acerca de la alta calidad de los realizadores son más que discutibles, incluso ofensivos para el espectador), y el partido del otro representante nacional lo ofrecía en diferido dieciséis o dieciocho horas después de su celebración. Por medio, siempre había algún relevante partido de tenis entre un moscovita y un macedonio que ofrecer.
Existen opciones que por su relevancia -un partido de la selección española de cualquier deporte, un representante o icono nacional como Nadal o internacional como Federer, Usain Bolt o Tiger Woods- deban ser priorizados respecto a un partido en diferido de una representante del país. Pero un programa de entretenimiento de skate extremo, o de una liga de fútbol extranjera o la redifusión de un partido de fútbol ya emitido por el segundo canal no están entre esas opciones.
Etiquetas: TV
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