El declive del imperio americano

Tras una entrevista el pasado miércoles al presidente de Sony, en la que comentó al Los Angeles Times que ante el volumen de descargas, el mercado español está a punto de dejar de ser un mercado viable, puntualizando eso sí, que otros mercados le preocupaban igualmente, el diario apuntaba la posibilidad que España fuera el segundo mercado vetado por las compañías de distribución de DVD de Hollywood, tras Corea del Sur en 2008. Y con ello, un nuevo debate sobre el estado de la cultura y el respeto a los derechos de autor saltó a la primera plana. Ante ello, aquí mi opinión, como usuario.

Vaya por delante que estoy de acuerdo que clama al cielo la posibilidad e impunidad de las descargas de películas, música y otro tipo de obras con derechos de autor. También es cierto que las medidas establecidas, salvo el cierre de páginas, son arbitrarias e injustas por completo. La última de ellas, la Ley Sinde, si bien puede ser adecuada empleada de una manera racional, la considero muerta antes de nacer, dado que requiere de una elevada flexibilidad que la que la Administración nunca ha hecho gala.

Pero, por otro lado, considero que el lado de la oferta es un pobre tonto, un ser dominado por el atavismo, que cree en los derechos alienables, solicita medidas y aranceles frente a la evolución mientras se erige en roca frente a las olas.

La caída de las ventas de DVD y de las entradas de cine no sólo tiene que ver con la piratería y las descargas. El tufo a podrido, a caduco, a antiguo tiene mucho que ver. El mundo ha cambiado por la gente ya no es la misma.
  1. Nadie va a comprar CD a 20 euros, si una descarga legal lo reduce a 10-12 euros.
  2. Los músicos saben que viven de los conciertos, así que no estarán por la labor d entorpecer la mayor difusión de su obra. Únicamente los dominados por las discográficas elevarán la voz. Los productos diseñados y las viejas voces con un baúl lleno pero sin nuevos proyectos.
  3. España no es un mercado de DVD. En EE UU la venta y alquiler de DVD y Blu-Ray es, en comparación, el 180% de la taquilla de las salas, en Francia del 50. En España, el 10%. Es decir, el consumo en casa o la creación de una videoteca no es un objetivo del consumo de DVD.
  4. El modelo de ocio ha cambiado. El fútbol, Internet, los videojuegos han comido terreno al ocio tradicional
  5. No existe una oferta de contenidos online ni el uso de vías alternativas de venta y distribución. Películas y series en streaming o la posibilidad de descargas sin tener que pagar por el continente, posibilidad de elegir productos a medida (película sin extra, sólo algunos idiomas, etc.), alternativas a un modelo de negocio cuadriculado.
  6. Un catálogo amplio y no cercenado por las ideas o tendencias del distribuidor y el mercado o el momento.
Añadir una cuestión más, más personal pero considero que no menos importante. El absoluto descuido del producto, la poca atención y cariño, la escasa dedicación a ofrecer un valor que supere las expectativas del cliente. Película con un formato inadecuada, con publicidad, sin idiomas o subtítulos básicos, traducciones incorrectas o incompletas, faltas de ortografía, ausencia de una catálogo amplio, desdeño de grandes obras por su longevidad. Al tendero que vende fruta prohibida, al final, lo mandan al paro.

 

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