En honor a la verdad
miércoles, 22 de diciembre de 2004
"Ustedes me representan, ustedes son mi parlamento".
¿Quién no recuerda las palabras de Pilar Manjón hace una semana en la Comisión por los atentados del 11 de Mayo en Madrid? Cinco horas de intervención que para la desgracia de este país, y de cualquier país en el que sucediera, representaron una lección moral para la clase política, una lección de realidad que lamentablemente no ha sido asimilada por aquellos que dirigen nuestro país. Tras varios meses de pantomima, de reuniones vacuas con objetivo irrelevante para este país y preacordado antes del nacimiento de la misma, la portavoz de la Asociación de Víctimas del 11-M expuso ante los representantes y portavoces de los partidos de la Cámara así como de los medios de comunicación y por ende de la opinión pública de este país una serie de verdades que están en boca de todas pero que nadie se para a enunciar en voz alta. Apoyada por los medios de comunicación en su conjunto, hemos asistido a un espéctaculo lamentable, a un número de payasos, de riña de patio de colegio(eso sí, muy bien remunerado, ya que los participantes de la comisión reciben un sueldo extra por su participación en la misma), a una nueva escena en la que comprobamos que los políticos no representan al pueblo, que por desgracia, debería ser el verdadero dirigente del país, como trataban de hacernos creer los ilustrados.
Manjón nos hizo ver que es verdad que nosotros no dirigimos el destino de nuestras vidas, ya que nuestro voto, ese "derecho democrático", casi divino, del que disponemos cada cuatro años, cada vez representa menos nuestra voluntad, nuestras ideas, el destino elegido por nosotros. Ese trozo de papel, más bien el derecho a ser dignos de escribir en un papel qué queremos para nosotros, para los nuestros y en definitiva para todos, por el que se ha luchado, no solo en este país si no en muchos otros en los que todavía se pugna por él, ha perdido completamente su razón de ser y se ha convertido en una justificación, en una coartada para que unos pocos ejerzan el poder o la autorización de acuerdo a su grado para someter a su voluntad las del resto. No sé si la democracia está en crisis pero sí que está claro que la clase política sí, o mejor dicho, la representatividad de la misma. ¿Acaso puedo creer que los más de diez millones de personas que mostraron su apoyo a José María Aznar en las elecciones de 2000, estaban de acuerdo con el apoyo de este país en la guerra, mientras que la estadísticas de los medios evidenciaban que la mayoría del país no estaba de acuerdo con tal decisión?
Es probable que este país no esté preparado para tomar descisiones como las que implican participar en el sufragio. La permisividad mostrada a la clase política, la escasa memoria de los ciudadanos, la ausencia de protesta ante los incumplimientos de las promesas, así como la nula implicación de los votantes, es decir, el pueblo en la realidad cotidiana me hace dudar de nuestra capacidad paa emitir un voto. A lo largo de los años de la democracia, hemos comprobado la escasa dignidad de los distintos partidos políticos para con sus votantes y sus vecinos, hemos podido observar la absoluta desvinculación de los representantes políticos con la ideología de su partido y de las personas que mostraron su apoyo, hemos asistido a despreciables actos que constantan que el poder corrompe (la Comisión que a día de hoy no sabemos si continuará o no, a pesar de las palabras de Pilar Manjón, es el último de los casos) y a pesar de ello, seguimos acudiendo a las urnas cada cuatro años a desperdiciar nuestro único momento de gloria, el que puede ayudarnos a describir y realizar la realidad que queremos y elevar los cimientos del futuro que deseamos. ¿Estamos seguros que todavía creemos que nosotros, el Pueblo, somos lo verdaderos dirigentes de este país?¿Acaso hemos olvidado que el poder es nuestro?
¿Quién no recuerda las palabras de Pilar Manjón hace una semana en la Comisión por los atentados del 11 de Mayo en Madrid? Cinco horas de intervención que para la desgracia de este país, y de cualquier país en el que sucediera, representaron una lección moral para la clase política, una lección de realidad que lamentablemente no ha sido asimilada por aquellos que dirigen nuestro país. Tras varios meses de pantomima, de reuniones vacuas con objetivo irrelevante para este país y preacordado antes del nacimiento de la misma, la portavoz de la Asociación de Víctimas del 11-M expuso ante los representantes y portavoces de los partidos de la Cámara así como de los medios de comunicación y por ende de la opinión pública de este país una serie de verdades que están en boca de todas pero que nadie se para a enunciar en voz alta. Apoyada por los medios de comunicación en su conjunto, hemos asistido a un espéctaculo lamentable, a un número de payasos, de riña de patio de colegio(eso sí, muy bien remunerado, ya que los participantes de la comisión reciben un sueldo extra por su participación en la misma), a una nueva escena en la que comprobamos que los políticos no representan al pueblo, que por desgracia, debería ser el verdadero dirigente del país, como trataban de hacernos creer los ilustrados.
Manjón nos hizo ver que es verdad que nosotros no dirigimos el destino de nuestras vidas, ya que nuestro voto, ese "derecho democrático", casi divino, del que disponemos cada cuatro años, cada vez representa menos nuestra voluntad, nuestras ideas, el destino elegido por nosotros. Ese trozo de papel, más bien el derecho a ser dignos de escribir en un papel qué queremos para nosotros, para los nuestros y en definitiva para todos, por el que se ha luchado, no solo en este país si no en muchos otros en los que todavía se pugna por él, ha perdido completamente su razón de ser y se ha convertido en una justificación, en una coartada para que unos pocos ejerzan el poder o la autorización de acuerdo a su grado para someter a su voluntad las del resto. No sé si la democracia está en crisis pero sí que está claro que la clase política sí, o mejor dicho, la representatividad de la misma. ¿Acaso puedo creer que los más de diez millones de personas que mostraron su apoyo a José María Aznar en las elecciones de 2000, estaban de acuerdo con el apoyo de este país en la guerra, mientras que la estadísticas de los medios evidenciaban que la mayoría del país no estaba de acuerdo con tal decisión?
Es probable que este país no esté preparado para tomar descisiones como las que implican participar en el sufragio. La permisividad mostrada a la clase política, la escasa memoria de los ciudadanos, la ausencia de protesta ante los incumplimientos de las promesas, así como la nula implicación de los votantes, es decir, el pueblo en la realidad cotidiana me hace dudar de nuestra capacidad paa emitir un voto. A lo largo de los años de la democracia, hemos comprobado la escasa dignidad de los distintos partidos políticos para con sus votantes y sus vecinos, hemos podido observar la absoluta desvinculación de los representantes políticos con la ideología de su partido y de las personas que mostraron su apoyo, hemos asistido a despreciables actos que constantan que el poder corrompe (la Comisión que a día de hoy no sabemos si continuará o no, a pesar de las palabras de Pilar Manjón, es el último de los casos) y a pesar de ello, seguimos acudiendo a las urnas cada cuatro años a desperdiciar nuestro único momento de gloria, el que puede ayudarnos a describir y realizar la realidad que queremos y elevar los cimientos del futuro que deseamos. ¿Estamos seguros que todavía creemos que nosotros, el Pueblo, somos lo verdaderos dirigentes de este país?¿Acaso hemos olvidado que el poder es nuestro?
Etiquetas: Política
2 Comments:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pero que casí volviera a ganar el PP hace unos meses a pesar de todos los desastres, corrupciones, mentiras y demás que han hecho en su mandato... pues me deja perplejo...
Pero esto no es únicamente un problema español. En las últimas elecciones presidenciales francesas (2002), Jacques Chirac parecía un corrupto que ya parecía un cadaver político, y todo el mundo se mofaba de que se volviese a presentar. Contaba con la oposición del gran favorito, el candidato del partido socialista francés, Lionel Jospin que había hecho una excelente labor como primer ministro y parecía un ser íntegro y trabajador(en el país vecino, por un extraño procedimiento que ahora no viene al caso, los partidos de derecha y de izquierda pueden gobernar juntos, "cohabitation" le llaman en Francia)y además la enorme cantidad de politicos de derecha que se presentaban hacía prever que los votos que podía conseguir Chirac se íban a difuminar y mucho...
En Francia, las elecciones se hacen por sufragio universal a dos vueltas. Es decir, que si en la primera nadie ha conseguido mayoría absoluta, los dos candidatos con más votos pasan a segunda ronda. Total, que sorprendentemente los dos que obtuvieron más votos fueron... Chirac y... LePen (líder de la extrema derecha). Y claro, Chirac acabo siendo el gran triunfador.
¿Que quiero decir con esta historia? Pues que lamentablemente, parece que la gran mayoría de nosotros no tengamos ni la más remota conciencia política. En general, somos unos egoístas que sólo pensamos en nuestro bien. Ya pueden los hombres en el poder cometer las más diversas atrocidades que si a nosotros no nos salpican ni nos imutaremos. Es una pena pero es así...
Estoy recordando un chiste (por decirlo de alguna manera) sobre la Alemania nazi:
"vinieron a por los judios... pero como yo no era judio, me dio igual y no hicé nada; vinieron a por los gitanos... pero como yo no lo era, me dio igual y no hicé nada; vinieron a por los comunistas, pero al no serlo, me dio igual y no hicé nada... vinieron a por los homosexuales, yo como soy hetero, me dio igual y no hicé nada... y luego vinieron a por mi".
De todos modos, a parte de lo paletos que podemos llegar a ser para escoger a las personas que nos van a gobernar, con las desilusiones que estos nos provocan, no me extraña que multitud de gente este desengañada con la política y no le interese votar... Resultado... Un círculo vicioso sin fín.
Con lo que han luchado algunos para tener este derecho a votar, pienso que siempre lo ejerceré (no creo que cueste tanto), el problema es cuando alcanzas las papeletas y ves que la más interesante es el voto en blanco...
Téllez... no te apropies tú solito del blog de nuestro equipo. Que vienen las primeras alabanzas hacía nuestra faena y ya te muestras como el escritor único de nuestras andanzas... XDDD
Iker... me ves con cara de leer "Angeles y demonios" o libros de metro del estilo? Joer, que yo soy de vuestro club! Yo tb soy un anti Codigo da Vinci!!! Acabo de empezar "La conjura de los necios", que te parece?
Como premio a tu comentario en el blog de nuestro super equipo, pondré un enlace hacia tu blog.
Y a ver si te explico como se hace para q tu pongas a los demás...
Un abrazo a los dos.