Una habitación con vistas



















Cuando ya parecía que me iba a tener que volver a mudarme nuevamente de piso, la tercera vez desde que llegué a la capital del Reino, la situación ha variado por completo. Así que ya no tendré que buscar cajas en todos los Dia, Sabeco, Consum, Pryca, etc. de los alrededores (y no tener que soportar la cara de asco que te ofrecen los encargados de los supermercados cuando se las pides), llenarlas de todos los objetos que has ido almacenando a lo largo de estos años (no se si es más vertiginoso lo rápido que pasa el tiempo o la capacidad para acumular basura), encontrando algunos que no recordabas (generalmente, porque deberían estar en la basura)y buscando otros que no consigues encontrar (los que te dejaste en la anterior, porque en definitiva esto es un viaje, y como en todos los viajes, siempre te dejas algo).

Pero esta vez no. Esta vez nos quedamos. A compartir de nuevo con mujeres, eso sí, pero podría ser peor. Me quedo en mi pequeño cuarto, de dos pasos cuadrados, en el que apenas cabe nada como se puede apreciar, casi ni yo, pero que ya he convertido en mi paraíso. Puede ser que me cambie de cuarto, todavía no lo sé, pero hasta entonces disfrutaré pedazo de cielo, que es en lo que se ha convertido el infierno. Y es que es lo que tiene cuando cambias al Diablo por diosa.

 

3 Comments:

  1. Anónimo said...
    Recemos porque las mujeres te den un capón y te hagan ordenar la leonera esa que tienes por piso.

    Titi
    áLEks! said...
    Has quitado fotos ¿verdad?
    ¿Pq?
    Citizen Betagarri said...
    Pasaba de acojonar a la casera, que venía a inspeccionar la casa ante ciertos rumores que habían llegado a sus oidos.

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