No me chilles que no te veo
miércoles, 26 de octubre de 2005
No quería volver a hablar de temas deportivos, especialmente del fútbol. Bastante tenemos con que esta población esté más preocupada por la pelota y sus circunstancias que por la realidad que les rodea. Pero la nueva astracanada del Comité de Competición me obliga a acudir a estos temas, tan relativos para la existencia pero muy ilustrativos del nivel de inteligencia existente en ciertos ámbitos político-deportivos (así como ambos ámbitos por separado)
El pasado sábado 22 de octubre, el nuevo diablillo blaugrana, el futuro Maradona, tal y como lo tratan de vender desde Catalunya, Leo Messi, dribló a prácticamente la mitad de los jugadores de Osasuna que se encontraban entonces en el Camp Nou hasta llegar al área. Fue pisar la misma y recibir una entrada de uno de los defensas pamplonicas, Cruchaga. Tal y como reconocía públicamente el osasunista en diversos medios de comunicación, “fue penalty. No sabíamos por dónde venían y nos vimos obligados a hacerles unos cuantos regalitos y en este caso le tuve que derribar. Quizás el árbitro se despistó por la forma en como cayó al suelo”. El árbitro, Muñiz Fernández, que para quien no lo recuerde es el de pelo engominado hacia atrás, estilo Mario Conde y chulo de chiringuito de playa, sancionó la jugada con amarilla para el jugador golpeado y no para el infractor.
Veinticuatro horas después, en el Santiago Bernabeu, el Real Madrid perdía contra el Valencia por un gol a dos. En un arbitraje nefasto, con dos penas máximas sancionadas que no sucedieron en realidad (en algunos lugares por exceso y en otros por efecto), el equipo anfitrión se encontró con un jugador menos cuando el anteriormente conocido leñador nórdico Gravensen trató de comprobar la resistencia de las piernas de un jugador del Valencia. Junto a las bajas de los lesionados Ronaldo y Baptista, y la reciente sanción de Gravensen, además de la baja forma de Zidane, Beckham, el hombre anuncio, en un alarde de inteligencia, decidió emular la actuación de su compañero Rooney en una de las últimas convocatorias de la selección inglesa y que por la cual el capitán le reprochó de inmadurez. Tras quejarse por una infracción penada por el juez de la contienda, Beckham aplaudió al árbitro, algo muy de moda últimamente, tras los casos del jugador del Manchester y de Oliveira, el delantero del Betis, que fue expulsado por el mismo motivo en otro encuentro de la Liga. Teniendo en cuenta la situación del equipo y conociendo las consecuencias de un acto como ése, sólo se puede calificar de estúpida la acción de repetir las palmas. Puedo estar de acuerdo en que sancionar con amarilla ese acto, y más siendo la segunda, parece desmedido, teniendo en cuenta la violencia de otras acciones mucho más graves, pero no por ello se debe de dejar de calificar de tontería provocar la expulsión.
Hasta aquí nada dista de la normalidad existente en la competición. Malos árbitros, injusticias y decisiones polémicas. Lo que se denomina la salsa del fútbol. Pero existe un estamento, el Comité de Competición que, según sus propias palabras, no rearbitra los partidos, aunque en realidad es lo que hace y sinceramente, es lo que debería hacer, ya que tiene la posibilidad de impartir justicia en aquellas acciones que no lo han disfrutado de la misma por incapacidad o incompetencia del árbitro, ha decidido otorgar un toque más de fantasía a la competición. Si no era suficiente con Aimar, Ronaldhino, Messi, Ronaldo, Raúl y otro grandes jugadores, el Comité quiere pones su granito de arena en la diversión del fútbol quitando una de las tarjetas amarillas a Beckham y permitiendo su participación en la contienda de esta noche frente al Depor y manteniendo la de Messi.
Yo, personalmente no encuentro muchas diferencias entre la acción del inglés y la realizada por Oliveira en el encuentro que enfrentó al Betis con el Barça. Ambas me parecen justas con el reglamento en mano pero también desmedidas. Por tanto, si la primera supuso una sanción inamovible, igualmente debería ser en este nuevo caso. Pero lo que me parece digno de una fábula es que una acción que el mismo infractor ha reconocido y, por tanto, constata el error del árbitro (todos somos humanos y nos podemos equivocar, aunque el grado de humanidad de este colegiado ya es superlativo) no sea subsanada. No se trata de impartir justicia ni a posteriori. Lo que parece un insulto a la inteligencia es que el presidente del Comité razone su decisión esgrimiendo que "ha de prevalecer el criterio arbitral y se trataba de la valoración de un lance determinado del juego y en estos casos ha de prevalecer la opinión del árbitro a no ser que contemos con una prueba contundente que en esta ocasión no se da”. ¿No hay algo más contundente que el vídeo del partido y la confesión del defensa que comete el penalty?
Como toda fábula, ésta también tiene su moraleja. Quién manda no es quien más sabe ni quién está más preparado sino el menos indicado.
Etiquetas: Deporte
6 Comments:
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100% de acuerdo, no ya por el tema de Beckham (o todos o ninguno), sino porque lo de Messi clama al cielo. No sólo no se pita uno de los penalties más claros de la liga, sino que además se le saca amarilla, sino que además no se la retiran !!
El futbol español es un chiste de la cabeza (Villar y la Federación) a los pies (hay árbitros que rozan el retraso mental).
Por cierto, el Marca no titula hoy "Persecución al Madrid", lo digo por los despistados.
Pregunta al aire: que pása si Beckham mete hoy 2 goles ???
Lendoiro lleva un mes IMPUGNANDO lo de Messi, hará lo mismo con David o es que el inglés le pone ??
te he dejado un comentario en "Casi Famosos" a lo mejor te gusta.
saludos!
lo veré y si el lunes tengo que felicitarte lo haré
que gane el mejor (que a la vista está) jejeje
MARIA