El hombre del brazo de oro
martes, 28 de marzo de 2006
Este es mi primo, el de Zumosol. Bueno, en verdad, es mi antiguo jefe, pero nos abandonó por una vida mejor, o lo que es lo mismo, la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Pero no es oro todo lo que reluce y se ha encontrado varias piedras en el camino, que se le han metido en los zapatos y por más que se los quita y los sacude no se las consigue quitar.
Conthe es un un hombre culto. También es un ponente locuaz, de un anecdotario rico y extenso, dominado por un léxico amplio y envidiable. Pero también le gustan las palabras llanas, directas, mostras las realidades verbalmente y mostrar el reflejo objetivo de las palabras. Por ello, no le tiembla el pulso y mucho menos la boca cuando expone la ausencia de lógica en las demandas de flexibilidad laboral por parte de la patronal empresarial mientras los altos cargos blindan sus puestos con elevadas compensaciones en caso de despido. Mientras la nueva generación de jovenes franceses vuelve a buscar la arena de las playas bajos los adoquines de las urbes (lamentablemente, algunos de manera literal), un hombre de poder, que no un hombre poderoso, se sitúa de manera invisible en la primera línea de frente. Probablemente no sea esa su intención o la diana a la que ha dirigido ese dardo no sea esa pero ante un discurso como éste prefiero creérmelo:
"Si la CEOE preconiza el abaratamiento de los despidos, luego no se opone a los blindajes de los presidentes de las grandes compañías. Es un razonamiento metonímico legítimo, ¿por qué hay que atribuir posturas distintas a órganos que, en definitiva, deberían mantener una absoluta coherencia en el mensaje?"
Etiquetas: Economía
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