Promesas
miércoles, 20 de diciembre de 2006
Mañana es mi último día laboral del año 2006 y, por supuesto, el balance de la vida laboral en este último años es el de una mierda. Pero tiene un final feliz, 11 días de vacacaciones de Navidad. No veo el momento de subirme en el autobús y recorrer los casi cuatrocientos kilómetros que separan Madrid de Gasteiz.
La recapitalución del año en otro tipo de apectos de la vida podemos decir que ha sido bastante mejor. La vida sentimental se ha mantenido e incluso ha mejorado. Cinco meses de convivenvia marital y el olor de mis pies no le ha ahuyentado. Parece que ésta puede ser la buena. Para sellar el trato, comidas familiares en respectivas casas. Yo juego con ventaja, ya conozco a los suegros.
El enriquecimiento personal... podríamos calificarlo como mejorable. Tratando de tocar todos los aspectos de la vida interior o privada, he de reconocer que he leído menos que el año pasado, al igual que he visto menos películas , he ganado más pasta pero he ahorrado menos dinero, lo que implica, y las matemáticas no engañan, más gasto. He engordado hasta el mayor peso alcanzado por este cuerpo nunca, pero he adelgazado de nuevo, con una variación interanual nula (aproximadamente), he cambiado de piso (a mejor) y mi dieta es más sana. Ah!, y tengo un PSP.
La vida social continúa siendo inestable. Periodos de mucha actividad se alternan con otros de enclaustramiento y soledad (en el sentido menos pesimista y visceral de la palabra). Con un poco de suerte la amenaza de iniciar el viaje de Colón por parte de Rober parece que se difumina (afortunadamente) así que en recompensa debería acceder a los esfuerzos por mantenernos unidos que suele realizar. A pesar de ellos, los encuentros han sido reducidos sociales . La distancia con las amistades, tanto con las originarias como las actuales, han sido una de los motivos, pero obviamente, el efecto pereza que origina la mencionada distancia y mi escasa, por no decir, nula resistencia a la misma, ha sido un efecto determinante igualmente.
Para el nuevo año, podría hacer muchas promesas, vehementes proposiciones de enmienda y demás diatribas vacuas. El año que viene veré más a mis amigos, bajaré de pesob y ahorraré más. Seré más competente y comprometido en mi trabajo, leeré y veré más pelis, estudiaré y aprenderé papiroflexia y malabarismo. Mejor me conformo con decir que este año tendrá, al menos, tanto bueno de mí como el actual. Aunque termine en siete.
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Que ya, ni los mails contestas.